La vida y la muerte en 7 días

Hace una semana, exactamente, recibía un mensaje de texto misterioso de mi hermana "llamala a mamá urgente" (a mi madre le gusta ponerle dramatismo y suspenso a las malas noticias).
Minutos después mi primo Martín me llama para avisarme que su padre había fallecido (no por nada lo digo así).
Mandé un mensaje y mí casa y me fuí a Torcuato a buscar la capilla mormona donde estarían mis familiares en el funeral de mi tío José.
Esa noche me quedé ahí... acompañado por mi madre, quien para evitar conflictos y largas explicaciones como: "Soy fulana madre del sobrino o la ex mujer del hermano que todavía no llega" sólo se presentaba como "una amiga de la infancia" (que también es cierto)
No apareció mi desaparecido tío Luis, no quiso hasta el día siguiente en el momento de acompañarlo al cementerio aparecer mi padre...
Al ananecer se me acerca César, me dice: "anoche lo quise traer, pero se quedó en la cama". Yo que no me atrevía a obligarlo a enfrentar el dolor no dije nada... así que él lo llamó.
Al empezar la ceremonia (que canciones más feas que tienen los mormones) llegó, se quedó en el fondo del salón. Al terminar los discursos, me levanté y fuí a darle un abrazo fuerte e intenso... Tal vez demasiado, no pudo responder, sólo, casi por reflejo me alejó al momento que controlaba el llanto...
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Mientras lo llevamos, pensé muchas cosas, no hay suficientes 6 hombres con mi mismo apellido, si los hay, pero no estábamos todos... no hay 6 de la misma generación.
Y me pregunté: los habrá para mí? (cosas que estas situaciones me hacen pensar).
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Después del cementerio me quedé con mi padre. Quería estar con él, compartir uno de esos ratos.
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Después a la tarde a seguir elaborando un texto para un congreso con mis ex compañeras de trabajo, porque así habíamos quedado y porque parece que soy el único que se acuerda de estadística y tiene experiencia en investigación y congresos. Y para mostrarle a mi ex jefa que soy más gente y cometió un error al deshacerse de mí (ven-ganza, claro).
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Después volver a casa, recibier el reclamo por escindir el resto del universo por 2 días y mi falta de ganas de tolerar eso... y 2 días más para el alejamiento, la ruptura, el basta...
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El domingo fue mi cumpleaños... me regaló una guitarra, carísima, con malas terminaciones de esas que cortan las manos... ¿será para que no toque más?
Como todos los domingos, reconciliación...


Comentarios

Inconclusa dijo…
de vez en cuando es bueno escindirse del mundo para recuperar o recuperarse o recuperar cosas que necesitamos y se no hacen imprescindibles.
Ahora bien, también es justo comprender que cuando uno decide estar acompañado, es preciso, es totalmente imprescindible avisarle a la otra parte que tomará esa decisión, que desaparecerá por dos días y que esa persona no debe preocuparse por usted, ni esperarlo a cenar, ni preocuparse por si lo asaltaron en el tren, o necesita que lo acompañen en el trance, o que decidirá apagar el celular...
esa es la diferencia entre un reclamo histérico,ya que usted confunde pedir un simple aviso con pedir exclusividad, esa es la diferencia entre vivir con alguien o sólo dormir con alguien. Esa es la diferencia entre entender que uno puede tener diferencias y no por eso dar por terminada una relación.
Mi querido tártaro, mi querido moro, es usted un brillante profesional, aquí tiene a su más fiel admiradora, aunque su pedancia y soberbia me excluyan incluso hasta de sus sueños.
La guitarra puede cambiarla por un teléfono inalámbrico, un perfume o cualquier objeto de su preferencia, o el dinero en efectivo.
y lo corrijo, el domingo no hubo reconciliación... el domingo hubo cuidados intensivos hubo una neumonía que me impidió decirle que no hace falta la calesita del ida y vuelta...
te puedo regalar el mundo... pero no a costas de mí...
UNo puede construir personajes para el mundo, pero a veces hay que hacerse cargo de las cagadas, eso es parte de crecer y asumirse...
un beso

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